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Los profesionales del sector servicios para mascotas no podrán trabajar sin titulación oficial
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- Category: Cualificación profesional

Acreditar la experiencia laboral y la formación legal realizada para tener un título oficial, todas las profesiones actualmente reguladas acreditan sus competencias y conocimientos para obtener una credencial expedida de manera oficial como parte del procedimiento hasta que se consiga pasar de la cualificación profesional al certificado de profesionalidad.
«No me costaron realizar las pruebas porque lo he hecho durante mucho tiempo» Declaraciones de Carla Blanco, de 41 años, al periódico digital 20 minutos.
Son muchos los profesionales que se acogen a las convocatorias nacionales que ya empiezan a marcarse fechas en los calendarios oficiales por sectores económicamente productivos. Profesiones relacionadas con el mundo del deporte, gimnasios, instaladores de baja tensión, instaladores de placas solares, sector de hostelería y el sector de las profesiones relacionadas con los servicios a los animales de compañía.
Próximamente desde nuestras webs iremos pasando información y fechas para la convocatoria nacional para adherirse al sistema de acreditación oficial para la obtención de la certificación.
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El 46% de la población activa carece de acreditación profesional, pese a desempeñar su actividad laboral a diario, de ahí que desde el año 2005 la directiva europea 36/2005 regule a nivel de todos los países de la Unión Europea profesiones que carecían de acreditaciones oficiales o reconocimiento legal.
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En España y en varios países de la Unión Europea ya es obligatorio cumplir estos requisitos legales para poder ejercer la profesión.
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Carla Blanco, trabajadora del sector Servicios de Perfeccionamiento del deporte, gimnasios epígrafe 967.1 y 967.2 ambos de la sección 1, narra cómo los trabajadores de estas empresas de servicios destinados al deporte ya han comenzado las convocatorias en las cuales acreditan sus competencias profesionales, de igual manera como va a pasar en todas las profesiones que se están regulando últimamente.
“Hace tres años, yo trabajaba en un gimnasio y nos hablaron del sistema de acreditación de experiencia profesional. En ese momento me quedé con la información y un tiempo más tarde un amigo me avisó de que ya habían abierto convocatoria y me apunté”, cuenta Carla Blanco a 20minutos.
Como ella, muchas otras personas han acudido a estos procesos de acreditación profesional de ámbito nacional para reconocer las competencias profesionales adquiridas por experiencia laboral o vías legales de formación acreditada. Al final, es una forma de dejar constancia de los conocimientos acumulados sobre un sector específico tras años de trabajo.
Según la EPA, el 46% de la población activa – más de 10 millones de personas – carece de acreditación profesional, a pesar de que desempeña su actividad laboral a diario. Esto es algo en lo que el Ministerio de Educación viene poniendo el foco en los últimos meses, y sobre todo después de aprobar la nueva ley de Formación Profesional (FP), que fortalece el sistema con una inyección de casi 180 millones de euros.
El problema, según el Gobierno, es que esa falta de reconocimiento «dificulta su acceso a mejores empleos y condiciones laborales, así como su incorporación a la formación». Pues bien, si en la última década tan solo 300.000 personas han podido acreditar sus competencias, con el impulso del nuevo modelo el departamento de Pilar Alegría pretende llegar a 750.000 trabajadores este año y acreditar las competencias de tres millones de personas hasta 2023.
«Pasarelas» a la formación
Carla Blanco, de 41 años, trabajó en un gimnasio durante diez años como monitora y entrenadora. A ella no le faltan estudios y formación oficialmente acreditada recibida por instituciones legalizadas y autorizadas a impartir formación específica (que es el caso de gran parte de las personas que abogan por este sistema), pues se licenció en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, pero decidió presentarse a la convocatoria para cursar un Grado Superior de FP y formarse como Técnico en Acondicionamiento Físico. «Las cualificaciones que elegí me interesaban para estudiar eso, porque me han reconocido unidades de competencia que tienen convalidación dentro de los módulos», explica. «No lo necesitaba por cuestión de cubrir la parte legal, sino que estoy haciendo una oposición y obtener este título me daría más puntuación», añade Blanco, quien se apuntó en las cualificaciones de Sala, Soporte Musical, Natación e Hidrocinesia.
El caso de Blanco es un claro ejemplo de cómo, más allá de una herramienta de reconocimiento propio y ajeno en el ámbito laboral, la acreditación de competencias puede servir como «pasarela» del empleo a la formación, o viceversa, tal y como destaca a 20minutos Mirian González, subdirectora general de Cualificación y Acreditación Profesional de la Comunidad de Madrid.
Demostrar la experiencia
Ahora bien, para poder optar a ese reconocimiento hay que cumplir con una serie de requisitos y pasar una serie de etapas. Las diferentes convocatorias se van abriendo por sectores productivos y próximamente se informará de las convocatorias relacionadas con las profesiones de servicios a animales de compañía como por ejemplo “Cuidados higiénicos y estéticos de animales de compañía” (peluquería canina). Eso sí, hay que ser mayor de edad (para las cualificaciones de nivel 1) o tener 20 años (para los niveles 2 y 3), y acumular una mínima experiencia laboral (de al menos tres años) y/o formación legalmente acreditada por una institución autorizada a impartir este tipo de formación específica para un sector (al menos 420 horas) relacionada con las competencias profesionales que se quieren acreditar.
Luego hay tres fases a superar: una de asesoramiento, una de evaluación y otra de acreditación, durante las cuales el solicitante va manteniendo entrevistas con varios profesionales que, a través de una serie de pruebas obligadas de realizar, con toda la documentación presentada y la realización de la prueba práctica se determina si cumple con las condiciones para concederle el título. «Si es por experiencia laboral, deben presentar contratos de trabajo, certificados de funciones o cualquier papel o documento legal con validez ante instituciones públicas que avale esa experiencia.
Begoña Pérez es una de las encargadas de realizar esas evaluaciones. Según cuenta a este diario, las pruebas que realizan pueden ser tipo test, teórico-prácticas y completamente prácticas y explica que los solicitantes tienen que demostrar que pueden hacer una determinada actividad en el mismo puesto de trabajo.
Hay veces que los evaluadores consideran que no se acumula la experiencia necesaria. Entonces, se plantea llevar a cabo formaciones alternativas o complementarias para poder optar a la acreditación. «Yo no tuve que hacer nada. Presenté muchas pruebas, ya tenía experiencia y había hecho algún curso legal», relata Blanco. En cuanto a las pruebas prácticas que tuvo que realizar, asegura que apenas le costó superarlas «porque son funciones que he hecho en mi trabajo durante mucho tiempo».

Todavía un «gran desconocido»
El camino tomado por Blanco es ahora una herramienta muy útil, pero lo irá siendo todavía más a medida que pasen los años. «Cuando cambie la ley de deporte, por ejemplo, hay muchos profesionales que se van a quedar sin poder trabajar, porque se endurecen los requisitos para determinados puestos que ahora no exigen estar en posesión de ningún título», afirma. Será entonces, según prevé, cuando se dispare la demanda en todas las cualificaciones profesionales, debido a que en breves se publicará la fecha en la que si no estás acreditado oficialmente no podrás ejercer.
En línea con Blanco, la subdirectora de Cualificación y Acreditación Profesional cuenta que el volumen más importante de acreditación «ha venido de la mano de las profesiones reguladas», que son las que dependen de una regulación específica para cada actividad; normalmente relacionada con el ámbito de las ciencias de la salud, las ingenierías, la educación y los servicios a los animales de compañía que próximamente comenzará el proceso de acreditación.
Con todo, se trata de un servicio cuya existencia pasa todavía muy desapercibida entre la población. «Estamos detectando que es el gran desconocido y por eso estamos llevando campañas de difusión«, señala. González destaca la importancia de remarcar los «beneficios» que supone el proceso de acreditación, tanto para el ciudadano como para las empresas.
«Decir que tengo un personal cualificado, preparado y con un título mejora la competitividad, de cara a la propia empresa y para los clientes. Porque muchos están preparados, pero no tienen el título», subraya.
Es muy importante que los procesos cumplan estrictamente lo exigido por las directivas de la Unión Europea. Cualquier procedimiento no ajustado estrictamente a los requisitos y pruebas prácticas a realizar podrá ser revocado por parte de los organismos oficiales.